Washington:Una prensa libre y el cese de la represión a disidentes políticos no son condiciones que necesariamente deban cumplirse en Cuba para que el presidente Barack Obama pueda visitar la isla, dijo este lunes el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.
Earnest se había referido a esos dos aspectos al discutir una potencial visita presidencial a la isla en otra rueda de prensa la semana pasada.
“Esto es el tipo de cosa en la que nos gustaría ver a Cuba progresar, pero en este punto, no necesariamente sugeriría que se requiere la protección exitosa de estos derechos antes de que cualquier tipo de visita presidencial sea discutida”, aclaró.
El portavoz declinó comentar sobre cuáles condiciones específicas se tomarían en cuenta pero señaló que “ciertamente, el progreso que el gobierno cubano haga en relación a la protección de los derechos humanos básicos, será un factor en la decisión del presidente de viajar a Cuba”, si este tomara esa decisión.
Sobre el tema de las libertades civiles en Cuba, Earnest dijo que el gobierno de la isla debe de hacer un progreso “significativo” en cuanto a la libertad de expresión, de reunión, religiosa y de prensa, pero dijo que la política anterior no había obtenido resultados en esos aspectos durante 55 años.
Earnest evaluó la decisión de Cuba de liberar un “número importante” de presos políticos tras el anuncio de diciembre como “un indicio de que el gobierno cubano está tratando de cambiar al menos su reputación cuando se trata de estas cuestiones”. Sin embargo, reconoció que EEUU tiene aún una “larga lista de preocupaciones” y dijo que la nueva política pondrá la atención en el historial de Cuba “más bien sórdido en derechos humanos”, gracias a la eliminación de una fuente de “irritación” entre los Estados Unidos y otros países en el hemisferio occidental.
El portavoz se defendió de las críticas a quienes han advertido escaso progreso en las relaciones, más allá de la apertura de las embajadas, alegando que “es demasiado pronto para decir ya que la política sólo ha estado en vigor durante siete meses. Tuvimos 55 años para evaluar el éxito de la anterior política, y esta no produjo el tipo de resultados que nos gustaría ver”, subrayó.
Por el momento, el Presidente no tiene planes de reunirse con funcionarios cubanos. Tampoco salieron a relucir detalles sobre cuándo Obama podría nombrar a un embajador en Cuba, aunque Earnest consideró que los intereses de Estados Unidos ‘estarían mejor representados por alguien que actúe como embajador allí”.
En ese sentido, elogió la experiencia del actual encargado interino de la nueva embajada Jeffrey DeLaurentis, sobre quien recae la “confianza” de los Estados Unidos para representar sus intereses en la isla aunque tampoco descartó que Obama pudiera designar a alguien más como embajador.