Nueva York, 3 sep (EFE).- Niños, hombres y mujeres que cruzaron la frontera huyendo de la violencia o que buscaron refugio en EE.UU. por razones religiosas tendrán la oportunidad de conocer al papa Francisco cuando este mes visite Nueva York.
La organización Caridades Católicas ha elegido a 150 inmigrantes y refugiados de todas las edades para participar en un encuentro con el pontífice en un colegio católico del barrio de Harlem el 25 de septiembre, el segundo día de su estancia en Nueva York, adonde Francisco llegará el día 24 procedente de Washington.
Según dijo hoy Kevin Sullivan, director ejecutivo de Caridades Católicas, las mujeres, los hombres, los niños y los jóvenes elegidos tienen su esperanza puesta en que el sumo pontífice ore para que puedan quedarse en Estados Unidos y eso es lo que le pedirán cuando se reúnan con él.
Sullivan espera que con ello “reviva la conversación que se necesita sobre inmigración” para que los emigrantes sean tratados con respeto, dignidad y compasión.
Señaló además en una conferencia de prensa en la iglesia Santa Cecilia que el mensaje debe de ser de agradecimiento al papa por “llamar la atención hacia el tema de los inmigrantes y refugiados”.
El papa Francisco, que realizará este mes su primera visita oficial a EE.UU., dentro de una gira que también incluye a Cuba, es un defensor de los inmigrantes y refugiados, para los que ha pedido compasión a la comunidad internacional.
La globalización de la indiferencia “nos hace a todos innombrables, responsables sin nombre y sin cara”, según ha dicho el primer papa nacido en América Latina.
Sullivan recordó que Nueva York siempre ha sido “inclusivo” y ha dado la bienvenida a todos los que le han elegido como su nuevo hogar, como ocurrió con la hondureña Ivette Suazo, que dejó su país luego de que intentaran violar a su hija, ahora de 14 años, cuando iba hacia la escuela.
“Ésta es una gran bendición porque muchos quisieran estar en mi lugar”, dijo a Efe Suazo sobre su encuentro con el papa. Hace un año cruzó la frontera, “en un viaje duro, difícil”, con su hija Chelsea y su hijo King Son, entonces de 3 años.
La mujer, que estuvo tres días con sus hijos en una cárcel de inmigración en Texas y tuvo que llevar un brazalete electrónico durante cuatro meses, dijo que pedirá al papa que ore para que le den “una oportunidad” para quedarse en Estados Unidos y para que “nuestros hijos tengan un futuro diferente al nuestro”.
Christian, de 16 años, quien junto a una hermana menor de edad realizó parte de la travesía hacia EE.UU. en el tren conocido en México como “la bestia”, así como Norland, de 17, y Lázaro, quienes cruzaron solos la frontera, también conocerán al papa argentino.
“Vine por la pobreza y mucha delincuencia” en Guatemala, dijo un tímido Lázaro, quien dejó a sus padres y hermanos en su país, una historia que se repite entre cientos de los menores que han llegado a EE.UU.
La lista incluye además a Sebastian Thomas, de la India, y a Shahid Khan, de Pakistán, refugiados por motivos de religión.
Tras su llegada a Nueva York, el Papa visitará el día 24 la Catedral de San Patricio, construida en estilo neogótico entre 1858 y 1865 y situada en la famosa Quinta Avenida.
Al siguiente día se dirigirá al pleno de las Naciones Unidas, para luego visitar el Memorial a las víctimas de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.
Tras el encuentro con inmigrantes y refugiados en Harlem, Francisco culminará su visita con una misa en el Madison Square Garden, donde ya le espera una sencilla silla de roble, construida por emigrantes latinos.
El arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, presentó el miércoles la silla construida por el nicaragüense Francisco Santamaría, de 61 años, el dominicano Fausto Hernández, de 51, y el mexicano Héctor Rojas, de 30, jornaleros que residen en la villa de Port Chester, al norte de Nueva York y que asistirán a la misa papal.
Otras inmigrantes bordaron los manteles que se usarán para la ceremonia religiosa, a la que se espera que asistan unas 20.000 personas.
“Será un reto sin precedentes para este departamento”, ha asegurado el jefe de la policía neoyorquina, Bill Braton, que ha asignado policías extras para la visita papal.
Según una encuesta divulgada hoy, el 66 % de los estadounidenses tiene una opinión “favorable” o “muy favorable” del papa Francisco.
El sondeo de la Universidad Quinnipiac, realizado con entrevistas a 1.829 adultos del 20 al 25 de agosto, detalló que un 18 % de los encuestados tiene una opinión “muy favorable” del pontífice y la de un 48 % es “favorable”.
En el extremo contrario, un 10 % asegura tener una opinión “desfavorable” del papa y es “muy desfavorable” la de un 4 % de los participantes en la encuesta, cuyo margen de error es de +/- 2,3 puntos porcentuales.