A punto de empezar una batalla legal en una Corte de Miami-Dade por el control de América Tevé, Canal 41, un grupo de accionistas acusó al fundador de esa televisora local y a su responsable de soporte tecnológico de hackear varias computadoras asignadas al interventor nombrado por un tribunal para administrar la compañía mientras se resuelve la disputa.
Los accionistas de Caribevision Holdings Inc. acusaron al empresario Omar Romay y al supervisor tecnológico del canal, Simón Bolívar, de manipular de forma remota las computadoras del interventor Pedro Roig y de dos contadoras de su equipo.
“Estaban entrando a las computadoras del interventor [Roig] y podían ver no solo la información que ya estaba grabada sino lo que su equipo de profesionales estaba haciendo en ese mismo momento”, dijo Omar Ortega, abogado de los socios que están demandando a Romay. “Ellos también ingresaron a las computadoras de dos representantes de nuestra compañía”.
Ortega se refiere a los ejecutivos Emilio Braun y Ana María Castilla, quienes la tarde del viernes acudieron a la corte del Condado presidida por la magistrada Mónica Gordo, en el octavo piso de la sede judicial, en el downtown de Miami.
Tras casi tres horas de audiencia, Romay dijo escuetamente a el Nuevo Herald que la acusación de sus socios era una “estupidez”. Por su parte, Bolívar se excusó de ofrecer declaraciones a su salida de la corte.
Sin embargo, durante la audiencia, Bolívar negó en todo momento que hubiera espiado las computadoras asignadas a Roig y a los profesionales que éste llevó para asumir la administración del canal ubicado en Hialeah Gardens.
El abogado Ben Kuehne, quien representa a Romay, dijo que la acusación era una estrategia para dañar la imagen de la empresa. Kuehne calificó a Bolívar como un experto en tecnología que “ha estado haciendo cosas buenas para la compañía” y aseguró que el Canal 41 está sobreviviendo por los esfuerzos y el talento de Romay.
“Esta moción es una pérdida de tiempo”, dijo Kuehne. “Tenemos un juicio que se inicia en dos semanas, y en ese juicio se decidirá si Omar Romay, como todo el mundo ha estado de acuerdo, tiene el derecho de continuar haciendo crecer esta compañía, como lo ha hecho por todos los años que ha existido esta asociación. […] Ellos tienen un caso débil y están buscando otras excusas para causar problemas a la compañía”.