En el marco de una visita de tres días promovida por Major League Baseball, peloteros cubanos desertores regresaron a la isla y fueron recibidos por fanáticos y periodistas en el vestíbulo del Hotel Nacional, en La Habana.
Entre los jugadores se encontraba el jardinero de los Dodgers, Yasiel Puig, el toletero de los Medias Blancas, José Abreu, su compañero Alexei Ramírez y el cátcher de los Cardenales, Brayan Peña.
La bienvenida a los peloteros cubanos desertores que devengan millones de dólares en las Grandes Ligas representa un hito en la nueva relación y una dramática manifestación del giro en Cuba hacia los centenares de beisbolistas que han abandonado el país que les formó, reseñó la agencia AP.
La visita estuvo cargada de momentos dramáticos, como el abrazo entre Puig y su coach de la infancia, Juan Arechavaleta. Como se recordará, Puig huyó a México con contrabandistas en 2012 y luego cruzó la frontera hacia Texas.
“Estoy muy contento de estar aquí”, dijo Puig, quien tenía prohibido regresar a Cuba hasta que recibió un permiso especial para el viaje de esta semana.
A Peña, por su parte, lo recibieron más de 20 familiares que lo comunicaron vía telefónica con otros que no pudieron estar presentes.
Entre la lista de visitantes a la isla también se encuentran el estelar venezolano Miguel Cabrera y el dominicano Nelson Cruz quienes ofrecerán clínicas a jóvenes cubanos.
Bajo el régimen de Fidel Castro, un apasionado del béisbol que consideraba el deporte como una expresión de nacionalismo, los desertores tenían prohibido volver a Cuba. La mayoría eran borrados de la historia oficial, y ni siquiera eran mencionados en la televisión estatal, a pesar de convertirse en estrellas en Estados Unidos.
El caso de los jugadores que salen de Cuba en embarcaciones capitaneadas por contrabandistas es distinto. Sus salidas ilegales han sido tratadas hasta ahora como una traición a la sociedad, y tenían que esperar ocho años para poder volver al país, al igual que otros cubanos que se van ilegalmente.
El regreso de los peloteros cubanos desertores el martes, es parte de la mejoría en las relaciones entre Grandes Ligas y el béisbol cubano desde que los presidentes Barack Obama y Raúl Castro anunciaron hace un año que restablecerían relaciones diplomáticas.
En años recientes, el éxodo de peloteros cubanos hacia Estados Unidos parece ser casi imparable. Peter Bjarkman, un experto en el béisbol cubano y autor de varios libros, dijo que al menos 102 jugadores se fueron de Cuba este año, casi un tercio de todos los que se han ido desde 1980.
Esa migración es parte de un movimiento migratorio general, entre cubanos que temen que se terminen los privilegios que les otorga Estados Unidos una vez las relaciones con Cuba sean completamente normales.