El presidente Raúl Castro estimó este martes un crecimiento económico de 2 por ciento para el 2016, la mitad del aumento del producto interno bruto de este año que cierra, debido en parte a la caída del precio del níquel, uno de los rubros exportables por excelencia de la isla.
Castro reconoció también que una baja en el precio del petróleo a nivel mundial es en principio beneficioso para el crecimiento económico de Cuba porque disminuye sus facturas de este producto, pero afecta, incluso desde el 2015 a su principal socio, Venezuela, con quien a su vez tiene un importante intercambio de servicios, sobre todo médicos, y cuya demanda de éstos y otros profesionales tiene peso en las cuentas de exportación de servicios de la isla.
“No es menos cierto que se han generado desde este propio año 2015 afectaciones en las relaciones de cooperación mutuamente ventajosas existentes con varios países, en particular con la República Bolivariana de Venezuela, sometida a una guerra económica para revertir el apoyo popular a su Revolución”, dijo Castro en un discurso ante un pleno de diputados.
Castro cerró el martes la última sesión de la Asamblea, el Parlamento cubano, con un discurso.
“Ante este escenario no cabe, como siempre nos ha enseñado Fidel, el más mínimo derrotismo; todo lo contrario. La historia de nuestra Revolución está llena de páginas gloriosas frente a las dificultades, riesgos y amenazas”, agregó Castro.
‘Dependencia’ cubana
Cifras oficiales cubanas indicaron que el comercio binacional de mercancías con Venezuela alcanzó los siete mil 200 millones de dólares para 2014, buena parte de ellos por la venta de petróleo venezolano a la isla mediante créditos blandos.
Además, según estimados de expertos, Cuba recibe entre seis mil y ocho mil millones de dólares por la venta de servicios profesionales como médicos, enfermeros y técnicos a Venezuela, que los utiliza para dotar sus programas sociales en sectores populares.
Los diputados del Parlamento recibieron también este martes un informe detallado sobre el avance del PIB de la nación caribeña, cuyo crecimiento económico fue del 4 por ciento en 2015.
Castro consideró como muy positivo este resultado y resaltó el incremento del turismo, que este año alcanzó por primera vez en su historia 3.5 millones de visitantes.
Castro reconoció también que una baja en el precio del petróleo a nivel mundial es en principio beneficioso para Cuba porque disminuye sus facturas de este producto, pero afecta, incluso desde el 2015 a su principal socio, Venezuela, con quien a su vez tiene un importante intercambio de servicios, sobre todo médicos, y cuya demanda de éstos y otros profesionales tiene peso en las cuentas de exportación de servicios de la isla.
En términos políticos, durante su discurso ante los legisladores, Castro exhortó a su colega Barack Obama a usar su capacidad como mandatario para avanzar en la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, un histórico proceso iniciado hace un año luego de más de cinco décadas de ruptura.
“Lo esencial ahora es que el presidente Barack Obama utilice sus amplias facultades ejecutivas” para modificar la aplicación del embargo, expresó Castro, quien recordó que las sanciones económicas contra la isla siguen “sin cambio” pese al restablecimiento de las relaciones diplomáticas.
‘A su manera’
Aunque muchas de las normas estadounidenses contra Cuba para presionar por un cambio de modelo en la isla fueron aprobadas por el Congreso y debe ser éste quien las suspenda, en ocasiones las autoridades de la nación caribeña reiteraron que Obama aún tiene un margen de acción para flexibilizar el contacto binacional, tal como permitir el uso del dólar en transacciones con la isla o dejar de perseguir a los bancos que operen con La Habana.
Sin embargo, Castro aseguró que no aceptará que se le impongan condiciones para un mayor acercamiento desde Washington.
“Jamás aceptaremos condicionamientos que laceren la soberanía y dignidad de la patria”, expresó el mandatario cubano.
La Asamblea del Poder Popular, el Parlamento unicameral, se reúne ordinariamente dos veces al año: a mediados y a finales. Los diputados, que permanecen en sus labores habituales de obreros, campesinos o profesionales, son convocados en ambas ocasiones para recibir los balances y exponer sus reclamos.
(Información de Associted Press)