El Gobierno de los Estados Unidos está considerando poner fin al programa para médicos cubanos, dijo un alto asesor del presidente Barack Obama, en un emblemático gesto para mejorar las relaciones entre Washington y La Habana.
El Programa para Profesionales Médicos Cubanos (Cuban Medical Professional Parole Program) comenzó bajo el Gobierno del presidente George W. Bush en 2006.
El programa otorga a funcionarios estadounidenses autoridad discrecional para prestar asistencia y permitir que los médicos cubanos que trabajan en terceros países, a donde son enviados por el Estado, puedan viajar a Estados Unidos con visas y condición de refugiados.
El programa está abierto a más de 50.000 profesionales de la salud cubanos en más de 60 países.
El programa para médicos cubanos ha sido colocado en revisión, dijo Ben Rhodes, asesor adjunto de Seguridad Nacional de Obama, quien formó parte del equipo negociador de Estados Unidos que alcanzó la distensión con La Habana hace más de un año tras 18 meses de conversaciones secretas.
“Es una política poco común y creo que si nos fijamos en la relación en su conjunto, esto es algo que sentimos que vale la pena colocar en la lista de cosas a considerar”, dijo Rhodes a Reuters.
Estados Unidos ha aprobado 7.117 solicitudes desde 2006 con una cifra creciente en los últimos años, alcanzando un récord de 1.663 en el año fiscal 2015, según datos del Departamento de Seguridad Nacional que administra el programa en conjunto con el Departamento de Estado.
El régimen ha criticado abiertamente el programa, conocido como “Parole”, y lo ha calificado como una “práctica condenable” y diseñado para “privar a Cuba y otros muchos países de recursos humanos vitales”.
Funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba no estaban el viernes disponibles para comentar sobre la revisión de Washington del programa.
La decisión sobre si finaliza o no el programa de “Parole” puede ser anunciada en los primeros meses de este año, dijo un funcionario del Gobierno estadounidense.
El programa se remonta a un período de persistente animosidad en medio de la Guerra Fría, pero Obama y el general Raúl Castro cambiaron drásticamente las relaciones bilaterales con la distensión que Rhodes ayudó a negociar.
Con el deshielo puesto en marcha, el programa ya no parece encajar en lo que Obama ha denominado un “nuevo capítulo” en las relaciones Estados Unidos y Cuba.