Ocho balseros cubanos que llegaron a tierra la madrugada del martes están en buen estado de salud y con buen humor, a pesar de pasar más de una semana en el mar.
La policía de Bal Harbour respondieron a la calle 96 y Collins Avenue, alrededor de las 3:30 am, después de recibir una llamada al 911 sobre un grupo de inmigrantes cubanos a partir de dos personas en la playa.
La policía dijo que el grupo de ocho hombres estableció por primera vez la vela el 30 de abril, pero terminó en una isla ellos creen que es parte de las Bahamas, después de encontrarse con una tormenta. “Nos dejaron saber que habían zarpado hace aproximadamente 11 días a partir de Holguín, Cuba,” dijo el capitán de la policía de Bal Harbour. Miguel de la Rosa. “Se encontraron con una tormenta, lo que les fueran aplicados en una isla. Se quedaron en la isla y se alimentaban con lo que pudieron encontrar.”
Los hombres, todos ellos en sus finales de los años 30 y principios de los 40, y luego a la vela, una vez más, hasta que llegaron a sur de la Florida.
Los hombres dijeron a la policía que llegaron por la isla por el consumo de pescado y langosta. “Realmente mal tiempo. Nos tomó 10 días cuando debería haber tenido cuatro o cinco. Salvamos nuestra agua, y hemos sido capaces de hacerlo”, dijo uno de los migrantes.
La embarcacion casera, de 25 pies de madera del grupo llegó a la orilla frente al St. Regis Resort, donde se les proporcionó agua y toallas. El barco ya ha sido remolcado de la playa.
Los migrantes dejaron sus pertenencias en el barco y me dijeron que ya no los necesitaban porque habían llegado en el sur de la Florida, donde estarían empezando de nuevo.
Cuando se le preguntó para describir lo que se siente pisar suelo de EE.UU., los migrantes dijeron: “Libertad. Libertad. Un sueño y nuevas oportunidades. Increíble. Sólo en Miami.”
Miami-Dade Fire Rescue desprotegido los migrantes, que se dice que estan en buena forma.
Después de ser procesado y entrevistado en la estación de la Patrulla Fronteriza Dania Beach, los hombres fueron llevados a la Oficina de la Conferencia Estadounidense de Obispos Católicos en Doral, una organización que ayudará a los migrantes comienzan este nuevo capítulo en sus vidas.