Cuba y la Unión Europea (UE) cerraron hoy en La Habana la quinta ronda de negociaciones para un tratado bilateral, con un acuerdo “sobre prácticamente todos los elementos” en el capítulo comercial y con avances importantes en lo referido a cooperación, según manifestaron ambas partes.
En el apartado de diálogo político también se logró “un progreso sustancial, incluso en áreas de derechos humanos, democracia y gobernanza, y se redujeron las brechas restantes aún más”, indica el comunicado conjunto de balance de esta ronda.
“Hemos profundizado en las discusiones sobre los temas del apartado del diálogo político. En rondas precedentes hablábamos más de manera conceptual para preparar el terreno, pero estos dos días ya hablamos de elementos más concretos”, dijo en una rueda de prensa el director general para América del Servicio Europeo de Acción Exterior, Christian Leffler, al finalizar las reuniones.
Leffler destacó el “nivel de amplitud” y la “ambición” de ese capítulo de diálogo político, que las partes esperan abordar más en detalle en la próxima ronda de negociaciones, que tendrá lugar en Bruselas en la segunda mitad de noviembre, ya que el “trabajo preparatorio está hecho”.
Aunque en los últimos encuentros bilaterales se habló de la posibilidad de lograr un acuerdo antes de fin de año, el jefe negociador europeo no quiso “adelantar plazos” porque, “lo importante es lograr un acuerdo con bases sólidas que nos permita hablar en el futuro de todos los temas”.
Sobre los derechos humanos, el tema más delicado que discuten las partes, tanto Leffler, como el jefe negociador cubano y viceministro de Exteriores, Abelardo Moreno, admitieron que se trata de la discusión más difícil porque mantienen “enfoques diferentes”.
“No es un secreto que la visión europea sobre los derechos fundamentales no corresponde con la interpretación de las autoridades cubanas. Entonces hay que buscar un terreno de entendimiento y no hacer compromisos que pongan en cuestión los valores fundamentales que defendemos cada parte”, afirmó Leffler.
El representante europeo aclaró que la UE no trata de “convencer de que hay un único modelo europeo perfecto”, ya que “no hay un único modelo, sino 28”, uno por cada estado miembro, por lo que la base del diálogo está en la “búsqueda de consensos y convergencias”.
Sobre la “posición común” -la restrictiva política europea que condiciona el diálogo con la isla a avances en derechos y libertades-, Leffler apuntó que “sigue en vigor” y que es todavía un “punto de referencia”.
Cuba y la UE iniciaron en abril del año pasado negociaciones para lograr un acuerdo de diálogo político y cooperación que supondría el fin de esa política, adoptada por el bloque en 1996 a iniciativa del entonces presidente del Gobierno español José María Aznar (del Partido Popular, conservador).
“La realidad de Cuba y de la UE, los vínculos que Cuba está estableciendo tanto con nosotros como con EE.UU., crean un escenario totalmente diferente al que había hace 20 años”, explicó Leffler, quien apuntó que la intención de la UE es avanzar en su relación con Cuba y no imponer una “posición común unilateral”.
Sobre esa política, el representante cubano dijo hoy a la prensa que “ni es posición ni es común”, sino “un engendro que debe estar a punto de quedar atrás”.
“Ya quedó atrás realmente. Ahora esperamos que quede atrás institucionalmente en un momento en el futuro cercano”, añadió.
De hecho esta política no ha impedido que, desde 2008, cuando se reanudaron los contactos con Cuba, la mitad de los países del bloque hayan suscrito acuerdos bilaterales de cooperación y la UE haya destinado 110 millones de dólares de ayuda a la isla.
En cuanto al consenso básico alcanzado en comercio, el viceministro cubano de Exteriores explicó que se ha trabajado en “elementos de facilitación” del intercambio comercial en áreas como las políticas fitosanitarias o las relativas a aduanas.
Recordó que esos acuerdos no suponen que se vayan a incrementar las exportaciones o acceso de productos cubanos a los mercados europeos ya que la isla no se beneficia del sistema generalizado de preferencias de la UE por estar considerado como un país de ingresos medio-alto.
Sobre el apartado de cooperación, Moreno indicó que la lista de temas en los que se puede profundizar es casi “interminable” e incluye áreas como el fortalecimiento de las instituciones del Estado, protección de datos, drogas ilícitas, lavado de dinero, crimen organizado o lucha contra la corrupción, el terrorismo o la trata de personas.