Un empresario alemán trata de aprovechar la apertura de Cuba a bordo de una innovadora bicicleta electrica, que se esta viendo por toda La Habana como algo nuevo e innovador.
Martin Staub fue hace poco detenido en La Habana por dos policías que le exigían pagar una multa porque iba con su bicicleta en contravía. De pronto, los policías, que iban en bicicletas normales, se dieron cuenta que el alemán llevaba una bicicleta eléctrica y le propusieron un trato: una carrera. Si el alemán ganaba, le perdonaban la multa. Ganó el policía con una bicicleta de 21 velocidades.
Martin Staub quiere ahora conquistar el mercado cubano con sus bicicletas eléctricas que asemejan ligeramente a una moto.
Grandes obstáculos para pequeños y medianos inversionistas
Staub vino a Cuba por primera vez a mediados de los años noventa y quedó enamorado de la isla: el sol, el trópico, el espíritu de vida. Staub conocía en Saarbrücken a dos fabricantes de bicicletas que armaban bicicletas en su pequeño taller. “La idea con las bicicletas salió de una combinación de pasión por Cuba y la apertura económica del país”, dice.
La idea inicial de Staub era construir las bicis en Cuba y exportarlas a todo el mundo. Pero las preferidas del gobierno cubano en Mariel son las grandes empresas como Bosch, VW o Siemens, por ejemplo. Las pequeñas o medianas empresas no reciben las ventajas de las grandes.
Bicicletas eléctricas, un producto único en Cuba
La verdadera falta de incentivos obligó a Martin Staub a fabricar en Alemania para, por lo pronto, venderlas solo ahí. En Cuba planea primero abrir una tienda de alquiler de bicis eléctricas.
Ya está en conversaciones con el ministerio cubano de Turismo y agencias de viajes cubanas. “Ellos preferirían que llenáramos a toda Cuba con bicis”, cuenta Staub. También las agencias de viajes alemanas en Cuba han expresado su interés: recorridos en “E-bike” podrían hacer parte de su oferta turística. Pero el emprendedor alemán se quiere limitar, por ahora, a La Habana y alrededores, debido a que se necesitan estaciones de recarga eléctrica, talleres y equipos de reparación.
Es posible que la empresa comience a funcionar desde esta primavera. Pero todavía hay unas cuantas incertidumbres y obstáculos legales por salvar: “Se necesita mucha pasión y extremada perseverancia para hacer negocios en Cuba”, reconoce Martin Staub.
“En Cuba no hay aún una guía de cómo fundar una empresa. Estamos en una etapa absolutamente experimental que demanda tiempo, paciencia y mucha comprensión de la otra cultura”. Y como para bajar los ánimos y despejar la mente, Staub se monta en su bicicleta eléctrica para dar un paseo por La Habana.