En una exposición abierta en Miami Beach ilustran la imagen de la Cuba exótica y vibrante que atrajo como un imán a los estadounidenses hasta 1959.
“Paraíso prometido: encanto cubano, seducción estadounidense” es el título de esta muestra que permanecerá abierta hasta el 21 de agosto en el museo Wolfsonian de la Florida International University (FIU), alojado en un edificio de 1927 en Miami Beach.
La exposición ha sido posible gracias en gran parte a una mujer que como el título indica fue seducida por Cuba
La exposición ha sido posible gracias en gran parte a una mujer que como el título indica fue seducida por Cuba.
Vicki Gold Levi, una editora gráfica retirada que se crió en Atlantic City (Nueva Jersey), ha coleccionado a lo largo de sus más de 70 años de vida miles de objetos relacionados con Cuba y una gran parte los ha donado al Wolfsonian.
En la muestra pueden verse imágenes de personalidades estadounidenses como Joseph Kennedy, Ernest Hemingway, Marlon Brando, Frank Sinatra y Ava Gardner y de grandes artistas cubanos como Benny Moré, así como Celia Cruz y Olga Guillot, representadas también por sendos vestidos que usaron en sus actuaciones.
También se muestra a alegres y anónimos ciudadanos estadounidenses disfrutando de los cócteles y cigarros cubanos o bailando los ritmos que la isla exportó a todo el mundo: mambo, chachachá, conga y otros.
Carteles de películas de Hollywood de ambiente cubano con sus protagonistas con maracas y atuendos a lo Carmen Miranda, así como viejos avisos de publicidad para promocionar las playas, los casinos y otros atractivos de Cuba también tienen cabida en el Wolfsonian.
Cuando se le pregunta a Vicki Gold qué es lo que le gusta de Cuba dice que “su gente, su música, todo”.
En la exposición está ese “todo” gracias a su colección y a lo que el propio museo ha aportado, que abarca las décadas de los años 20, 30, 40 y 50 del siglo pasado.
“No puedo ser más feliz”, proclama en unas declaraciones a Efe Vicki Gold Levi, quien está encantada de que el público pueda ver sus tesoros e ilusionada con la posibilidad de que las relaciones cubano-estadounidenses vuelvan a ser como eran antes.
Ese “antes” se refiere a 1959, el año del triunfo de la Revolución cubana, tras el cual se abrió un largo periodo en el que Cuba y Estados Unidos se alejaron y enemistaron, pero en diciembre de 2014 Raúl Castro y Barack Obama anunciaron el deshielo.
Es posible que algunos cubano-estadounidenses de una cierta edad “lloren a moco tendido” al contemplar viejas películas filmadas con sus cámaras por estadounidenses que estuvieron de vacaciones en Cuba y que han sido sacadas de los archivos para esta muestra.
Es emocionante descubrir lugares que ya solo existen en la memoria, dice a Efe Rosa Lowinger, nacida en Cuba
Es emocionante descubrir lugares que ya solo existen en la memoria, dice a Efe Rosa Lowinger, nacida en Cuba, aunque no vive allí desde que tenía cuatro años.
Lowinger ha curado la exposición junto a Francis X. Luca, bibliotecario jefe del Wolfsonian, quien subraya lo emocionados que están por presentarla en este “nuevo amanecer” de las relaciones entre los dos países.
La curadora, autora de un libro sobre el cabaré más famoso de Cuba, “Tropicana Nights: The Life and Times of the Legendary Cuban Nightclub”, dice a Efe que la exposición quiere mostrar el desarrollo de la cultura cubana y el fructífero intercambio con EE.UU., que fue en las dos direcciones y abarcó diversos campos.
El jazz afrocubano es una de las máximas expresiones, pero también en la arquitectura de La Habana se sintió la influencia de Estados Unidos y los cubanos más pudientes estaban a la última en todos los adelantos de su vecino norteño.
Lowinger recuerda incluso que su padre le contó que vio el filme “Gone with the Wind” (Lo que el viento se llevo) en un cine de La Habana, antes de que se estrenara comercialmente en Estados Unidos, y le dijo que los distribuidores solían hacerlo para ver cuál era la reacción del público.
El Wolfsonian-FIU es un museo, biblioteca y centro de investigaciones que se sirve de los objetos para ilustrar el poder del arte y el diseño, explorar lo que se define como modernidad y contar la historia de los cambios sociales, históricos y tecnológicos que han transformado el mundo.
La colección comprende unos 180.000 objetos desde los años 1850 hasta la década de los 50 del siglo XX.