Lápidas rotas, ataúdes abiertos al aire, tumbas ruinosas y, aquí y a allá, carroñeros que devoran restos enterrados a ras del suelo. No es ninguna escena de cine de terror, sino imágenes de un vídeo que expone la grave situación del cementerio de Mayabe, en Holguín.
Difundida por la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu) en 2014, la cinta fue realizada por los periodistas Nairovis Zaldívar, Yainiel Diamela Escofet y Rosaida Checa, y se ha distribuido a través del “paquete” ilegal que circula profusamente en la provincia, sin que los medios oficiales se hayan hecho eco.
Casi un año después, aún no se ha solucionado el problema, provocado por que el Hospital General Universitario Vladimir Ilich Lenin, el Docente Clínico Quirúrgico Lucía Íñiguez Landín y el Hospital Militar Provincial entierran sus desechos en el lugar al tener sus crematorios sin funcionar. Las críticas sobre el mal manejo de estos desechos biológicos se han escuchado a varios niveles, pero las autoridades locales no han tomado cartas en el asunto.
En el trabajo de investigación se ponen al descubierto los errores cometidos por las instituciones hospitalarias al depositar restos de cirugías, abortos, amputaciones y análisis sin las debidas precauciones. Durante meses, quienes han visitado la tumba de algún pariente en el cementerio han quedado sobrecogidos por las aves carroñeras y demás animales que se servían de los residuos hospitalarios, apenas tapados con un poco de tierra.
Ubicado a seis kilómetros de la ciudad, la necrópolis holguinera cuenta con unos 500.000 metros cuadrados y es una de las más grandes del país. Aunque no hay viviendas cercanas, en horas del mediodía el mal olor se vuelve insoportable, especialmente en la zona al fondo del terreno, donde los tres centros hospitalarios vierten sus residuos.
En El Blog de Medicina Cubana, el doctor Eloy A. González llama la atención sobre el hecho de que “el manejo de los residuos hospitalarios, sobre todo los desechos biológicos, son un problema de máxima prioridad de los sistemas de Salud y de los organismos e instituciones encargados del manejo y destino final de los mismos”.
El médico señala que “no se puede andar por ahí en los cementerios tirando los desechos biológicos, sin apenas enterrarlos y donde al poco tiempo los perros callejeros y las aves carroñeras dan cuenta de partes anatómicas que vienen de un hospital. ¿Es que ya no hay incineradores en los hospitales en Cuba?”, se pregunta. Su texto circula a través de los correos electrónicos de varios profesionales de la salud con cuentas en el servicio Infomed.
Con el escándalo destapado por el vídeo, ahora los vertidos son enterrados a mayor profundidad, pero sin tener en cuenta todas las medidas estipuladas para su tratamiento
Especialistas consultados por este diario coinciden en que un primer paso para solucionar el problema sería disminuir en lo posible los desechos biológicos que generan los hospitales. Una vez reducidos, se debe controlar rigurosamente su recolección, traslado y destino final. Incumplir las medidas asociada con el tratamiento de estos residuos puede representar un grave riesgo para la salud.
Con el escándalo destapado por el vídeo, ahora los vertidos son enterrados a mayor profundidad, aunque todavía sin tener en cuenta todas las medidas estipuladas para su tratamiento. La edición ordinaria de la Gaceta Oficial del 15 de febrero del año 1999 regula la responsabilidad de “los titulares de las entidades que tienen a su cargo instalaciones y áreas de liberación, cuyas operaciones generen desechos biológicos peligrosos”.
Para la legislación cubana, los residuos que contengan “agentes biológicos, organismos y fragmentos de éstos con información genética, que representen un peligro real o potencial para la salud humana y el medio ambiente en general” deben ser evacuados de forma que “se garantice la protección del medio ambiente y en particular de la población y los trabajadores”.
Al indagar sobre el tema en el Hospital General Universitario Vladimir Ilich Lenin, los empleados rehúyen responder sobre las condiciones en que los desechos del centro de salud terminan en el camposanto holguinero. Sólo una empleada del área de laboratorios, que prefirió el anonimato, aduce: “tenemos problemas de recursos, por ejemplo de bolsas y depósitos correctos para colocar las muestras que ya procesamos”.
Cuándo repararán el crematorio es una pregunta que tampoco encuentra respuesta en la dirección del centro hospitalario, y mucho menos en su administración. Sin embargo, el riesgo epidemiológico de los vertidos no es el único motivo de preocupación para los holguineros que visitan el cementerio. El uso de un área cargada de connotaciones funerarias como vertedero biológico molesta también a muchos.
Lucía, de 72 años, visita con frecuencia el panteón familiar que se ubica a pocos metros del lugar donde los hospitales entierran sus residuos. “Es una falta de respeto que hagan esto, porque este es un lugar sagrado para que los difuntos descansen en paz”, se queja esta señora, que aunque no ha visto el reportaje periodístico, asegura: “me di cuenta que algo pasaba cuando venía y esto estaba lleno de auras tiñosas”.
La molestia principal, sin embargo, radica en que un asunto tan sensible que abarca cuestiones éticas y epidemiológicas sigue sin ser tratado por los medios oficiales de la provincia. “Parece que están esperando que pase algo grave, que alguien se enferme o que haga una protesta por este irrespeto, para sacarlo en la prensa”, sentencia Lucía.
Que clase de falta de respeto hay en Cuba caballero, ni los cementerios se le escapan a los esbirros comunustas que no creen ni en la madre de ellos.