Mucha expectativa y algunas críticas por la reapertura de las embajadas

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Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana.
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Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana.

Esta mañana, como cualquier otra, las afueras del edificio de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana amanecieron repletas de gente a la espera de solicitar una visa para visitar o radicarse en el país vecino. Pocos de los congregados estaban al tanto de que hoy se anunciaría la fecha para la apertura de las embajadas de Estados Unidos y Cuba en los respectivos territorios. Después de seis meses de negociaciones, el Ministerio de Exteriores cubano anunció este miércoles en un comunicado que la esperada fecha será el próximo 20 de julio. En los días anteriores, la prensa oficial había abierto la puerta a la posibilidad de que se produjera el anuncio, sin ofrecer una estimación exacta de la fecha.

Bajo el duro sol de la mañana habanera, la gente se congregaba con sombrillas y gafas a las afueras de la oficina a la espera de escuchar su nombre en la lista de los que debían pasar al interior del edificio para el procedimiento de una visa. Nada indicaba que este día terminaría con más de 54 años de confrontación diplomática, ni siquiera se supo de la comparecencia pública del presidente de EE UU, Barack Obama, mientras esta ocurría.

A la pregunta sobre el cambio de Oficina de Intereses en embajada, la mayoría de los entrevistados se mostraba cautelosos aunque con cierta tendencia al optimismo. Como es el caso de Rubén, jubilado que ha visitado tres veces Miami y va por su tercera visa, quien declaró que “esto se veía venir, ahora lo que tenemos es que pensar en lo que va a pasar después, porque un cambio de nombre de un edificio no es un acto de magia, ni soluciona las cosas de ahora para ahorita”

Consuelo, de 56 años, fue a acompañar a su hermana que quiere visitar a una hija emigrada hace cuatro años. “No, no sabía que hoy era el día en el que dirían cuándo habrá embajada, pero espero que con esta noticia los funcionarios estén un poco más suaves y le den la visa a mi hermana”, comentó.

Félix Navarro Rodríguez, opositor residente en el poblado de Perico, en la provincia Matanzas, cree que “nunca debió haberse establecido el contacto entre ambos Gobiernos de espaldas a la ciudadanía cubana, de espaldas a quienes están en la oposición y de espaldas a diferentes factores que debieron ser tenidos en cuenta”. Sin embargo, el opositor opina que, ya que esto se produjo, “debe existir un mecanismo con el que se puedan facilitar las relaciones con los cubanos, en una sede diplomática con todas las de la ley. De todas formas la disidencia va a tener también con esa legalización muchas variables en su contra, como limitaciones para participar en eventos, utilizar las salas de navegación en Internet o tomar los cursos que sistemáticamente ha impartido la Oficina de Intereses de EE UU en La Habana. Quienes hemos tenido una posición crítica sobre el restablecimiento de relaciones, veremos que esa situación irá a peor”.

“Quienes hemos tenido una posición crítica sobre el restablecimiento de relaciones, veremos que esa situación irá a peor”

Los símbolos que durante décadas han representado al enemigo regresarán a La Habana y algunos, como Ramón Estupiñán Fajardo, jubilado del Ministerio de la Construcción y residente en San Miguel del Padrón, La Habana, no están satisfechos

“Nunca olvidaré cuando le tumbamos el águila a los americanos en el monumento del Maine. Ahora dicen que se volverá a abrir la embajada y la bandera yanqui volverá a flotar frente al malecón. No dudo que el águila regrese también a su lugar, pero creo que eso solo me va a molestar a mí y a unos pocos que recordamos aquellos tiempos con emoción.Me parece que la mayoría se alegra, pero hay mucha ingenuidad en esa alegría, hasta que no quiten el bloqueo es como si no hubiera pasado nada. Otra cosa es que lleguen a respetarnos, eso no se consigue en una mesa de negociaciones”.

Para Elizabeth Batista Acosta, ama de casa y residente en la ciudad de Camagüey, el cambio puede suponer, sueña, un reencuentro familiar.”Tengo dos hermanos que solo conozco por fotografías, porque soy la más chiquita de los tres y ellos se fueron para Estados Unidos en una balsa cuando yo empezaba en la escuela primaria -recuerda-. Nunca han querido regresar y a mí no me dan la visa para ir a verlos. No sé cómo será la cosa, pero me imagino que si se abre una embajada y se baja un poco la tensión entre los dos gobiernos a lo mejor se embullan y vienen a visitarnos a mí y a mi madre y a llevarle flores al viejo al cementerio”.

“Los derechos humanos y la democracia son valores incondicionales de EE UU. La Habana dice tener sus propios valores. Las relaciones diplomáticas  darán pie a nuevas oportunidades que nos dirán quién tiene la razón”

Yampier González Cuervo, una cuentapropista que recientemente canceló su licencia para la venta de alimentos, insiste en que la apertura de la embajada “no es tan importante”. Esta residente del Vedado, La Habana, cree que “lo bueno puede venir después”. “Yo tuve una cafetería cerca de la calle Línea y si abren la embajada me embullo de nuevo, porque seguro que voy a tener más clientes. A lo mejor también con esa medida vienen más yumas y quién quita que uno de ellos se enamore de mi negocio y quiera invertir en él para ampliarlo”.

“Llevamos 56 años en lo mismo, ya es hora de que cambie la cosa. Esto será un proceso largo pero yo creo que va por buen camino. Vi el discurso de Obama pero me dejó con muchas dudas. ¿Cuáles serán las condiciones para la apertura? ¿Cuándo se nombrará el embajador? ¿Quién será?”, pregunta Raúl Medina, un chofer de ómnibus, desde Hialeah (en Florida).

“Yo llegué a Miami en el 2003, cuando George W. Bush era presidente. Recuerdo muy bien que solo podía viajar a Cuba cada tres años en aquel entonces”, explica María Suárez, residente en Miami, quien estuvo mucho tiempo sin ver a su familia por culpa de aquella ley. “Espero que las relaciones diplomáticas entre ambos países ayuden a que los cubanos de allá y los de acá podamos estar cada vez más unidos. Yo no entiendo mucho de política, pero si sé que ya no debe haber marcha atrás”.

Para Marifeli Pérez-Stable, profesora de sociología en la Florida International University en Miami, el anuncio de Obama cierra la primera etapa después del 17 de diciembre pasado. “Los diplomáticos de Estados Unidos viajarán por toda la Isla con el fin de conocer de cerca al pueblo cubano, a la sociedad civil y ¿por qué no? a funcionarios gubernamentales en la provincias. Luego de 54 años de ausencia, la bandera americana ondeará en la embajada frente al Malecón. El camino de ahora adelante no será fácil. Los derechos humanos y la democracia son valores incondicionales de Estados Unidos. La Habana dice tener sus propios valores. Las relaciones diplomáticas, estoy segura, darán pie a nuevas oportunidades que nos dirán quién tiene la razón”.

Tras la publicación de la carta del presidente cubano, Raúl Castro, a su homólogo estadounidense, algunos lectores de Granma manifiestan su deseo por conocer el contenido de la carta que el jefe de la Sección de Intereses de EE UU en La Habana, Jeffrey DeLaurentis, entregó en la mañana a la Cancillería cubana. “ Esperamos un futuro mejor para el pueblo cubano, pero parece que seguiremos con secretismo o ¿acaso el señor Obama le pidió al presidente Raúl Castro que no publicara su carta?”.

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