Operado por American Airlines, el sábado a mediodía, salio el primer vuelo directo a La Habana desde Los Angeles lo que se convirtió en una fiesta con sombreros, recuerdos y maletas cargadas de ropa hacían cola en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles, California.
Cubanos de varias generaciones, emigrados y nacidos en EU, fueron los primeros en celebrar el primer vuelo directo a La Habana desde Los Angeles, mientras sonaban habaneras y las autoridades hacían sus discursos en la puerta 41 de la Terminal 4 del aeropuerto.
Allí estaba Marta Berry, de 84 años, que se casó con un norteamericano en 1956, dejó su casa en el barrio de Luyanó en La Habana y se fue a vivir a California. Cuando se quiso dar cuenta no podía volver a Cuba ni de visita.
El sábado volvió a la isla por primera vez desde entonces.
“Quiero ver a mi hermana y a una sobrina a la que nunca he conocido”. Es la única familia que le queda allí.
“Esto se lo debemos al presidente (Obama)”, decía, mientras rechazaba que la sentaran en una silla de ruedas para pasar la cola de embarque. “Ha sido él el que ha abierto la frontera”.
El Trío Tradicional, un grupo de Los Ángeles, tocaba “Guantanamera”. Empleadas de American Airlines servían croquetas de jamón y pastel de guayaba en la sala de espera mientras esperaban la partida del primer vuelo directo a La Habana desde Los Angeles.
No había espacio para la política en la celebración. Ni siquiera para Florial Alonso, un cubano que sufrió persecución. “Yo no me meto en política. Mi gobierno es trabajar, ganar dinero y vivir lo mejor que pueda”.