Los congresistas por Florida Ileana Ros-Lehtinen, Mario Díaz-Balart y Carlos Curbelo calificaron este martes como una “recompensa” sin beneficios la apertura de la embajada del país en Cuba, que oficializa este viernes en La Habana el secretario de Estado, John Kerry.
La reanudación de las relaciones diplomáticas entre ambos países “nunca debió haber sucedido hasta que veamos reformas sustantivas en Cuba como las elecciones independientes, justas y multipartidistas, la libertad de prensa y la liberación de todos los presos políticos”, expresó Ros-Lehtinen.
En el mismo sentido se pronunció el también congresista republicano Díaz-Balart, quien criticó que el presidente Barack Obama “ha hecho concesiones a los dictadores, con muy poco a cambio”.
“La visita del secretario de Kerry para abrir formalmente la embajada en el corazón mismo de la brutalidad de los Castro nunca debería haber sucedido”, criticó Ros-Lehtinen en un comunicado.
Curbelo denuncia que los líderes a favor de la democracia en la Isla y los activistas de derechos humanos “son golpeados rutinariamente por los matones Castro”
Curbelo de igual forma denunció que los líderes a favor de la democracia en la isla caribeña y los activistas de derechos humanos, entre ellos “las heroicas” Damas de Blanco, “son golpeados rutinariamente por los matones Castro”.
“Hago un llamado al secretario Kerry para recuperar el prestigio de Estados Unidos y tener el valor para denunciar estas violaciones contra la dignidad humana básica y condenar las acciones del régimen contra el pueblo cubano”, manifestó Curbelo, representante del Partido Republicano.
Obama y su homólogo de Cuba, Raúl Castro, anunciaron en diciembre de 2014 acercamientos entre ambos países, que han ayudado a la flexibilización de ciertas restricciones de viajes, remesas y comercio.
De igual forma, han contribuido para eliminar a la isla de la lista de países patrocinadores del terrorismo y a reabrir las embajadas en ambas naciones.
Kerry será este viernes el primer jefe de la diplomacia estadounidense en viajar a la isla caribeña en más de medio siglo y sellará con el izado de la bandera estadounidense en la capital cubana el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana.