La sucesión en el 2008 de Fidel a Raúl Castro fue eficiente y eficaz. Pero la alucinación popular fuera de la isla, en la que el general Castro interviene enérgicamente para poner fin a la era comunista e inaugura una sociedad democrática, Cuba-no va a ser cómo termina la historia orientada hacia el mercado.
A la edad de 84 de Raúl será otra sucesión en un futuro próximo. La pregunta crítica no es lo que las reformas económicas de Raúl pueden introducir, pero lo que lo sigue.
Las fuerzas armadas controlan el 70% de la economía ahora. No es probable que va a dar eso por un mercado libre.
José Ramón Machado Ventura, segundo secretario del Partido Comunista, también es de 84 años de edad y los observadores de Cuba no lo veo como el próximo líder. Si Miguel Díaz-Canel, de 55 años, el primer vicepresidente de Cuba, asciende a la presidencia, lo más probable es que sea una figura decorativa “civil” de los generales para presentar a la comunidad internacional.
Raúl era el jefe de las fuerzas armadas durante casi 50 años y ahora, como jefe del país, se ha nombrado a sus oficiales militares y miembros de la familia militares para cargos en el gobierno y la industria. Un posible escenario después de que él se ha ido sería una reversión a una dictadura militar como la Cuba de Batista, Brasil 1964-85, o en Egipto hoy. Sin embargo, otro resultado, igualmente inquietante, es posible.
Según algunas estimaciones, como la Universidad de Miami de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos, los mandos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba más de 70% de la economía. Grupo de la Empresa de Gestión (GAESA), la sociedad de cartera comercial para el Ministerio de Defensa de Cuba, está involucrado en todos los sectores clave de la economía. A través de subsidios estatales, la empresa está muy involucrado en el turismo, las ventas minoristas, la minería, la agricultura y la energía, y las empresas mixtas con inversores extranjeros.
Raúl, como una cuestión de supervivencia, no la ideología, ha introducido algunas reformas económicas provisionales, sin dejar de ampliar la metamorfosis de sus oficiales en los hombres de negocios. Algunos podrían presentar esto como un hecho positivo, donde los guerreros intercambian sus armas para calculadoras. Pero, ¿qué significa para el futuro de Cuba, cuando la era Raúl llega a su fin y los oficiales militares están en el control político y económico?
En un sistema donde las empresas son propiedad del Estado y administrados, los ejecutivos militares oficiales de-negocios convertido podrán disfrutar de los privilegios de una clase dominante de élite. Sin embargo, no pasará mucho tiempo para la élite militar para darse cuenta de que la gestión de las empresas de propiedad del gobierno sólo ofrece beneficios propietaria limitadas las empresas es una opción mucho más lucrativo.
Una vez que los hermanos Castro ya no esten en la foto son, la oligarquía militar podría decidir al campeón de un gran alcance, pero falsa reforma, es decir, una privatización manipulada de las industrias bajo su control administrativo. No a diferencia de las privatizaciones fraudulentas en Rusia en la década de 1990, un proceso de privatización ilegítima y corrupta daría a luz a una nueva clase de creado por el gobierno oligarcas millonarios instantáneos-capitalistas, los nuevos cubanos “capitanes de la industria”.
La población cubana no podría ver estos cambios en la propiedad como particularmente indeseable o nefasto, por error verlos como una transición positiva hacia el libre mercado y la prosperidad. La comunidad internacional probablemente también aclamar a los generales mutados como agentes de cambio con lo que las reformas del mercado de Cuba. En los Estados Unidos, por supuesto, el cambio en la política de Estados Unidos-Cuba presentado por el presidente Obama se declaró un éxito.
El comunismo cubano, sin duda, habría llegado a su fin, dejando en sus generales vigilia, nuevos capitanes de la industria y una variedad de otros nuevos ricos a cargo del país carente de cultura democrática. Y al igual que Rusia después de la caída de la Unión Soviética, la economía de Cuba estaría plagado de monopolios y oligopolios cuyos propietarios tendrían el poder para sofocar las políticas favorables a la competencia o inversores internacionales que puedan amenazar su posición.
A menudo se argumenta que la introducción de las reformas económicas, incluso sin reformas políticas, conducirá de forma secuencial e inexorablemente a la democracia. Como en el caso de China después de Mao, esto no es necesariamente, o incluso probablemente, el caso.
Sin profundas reformas políticas, los cambios económicos supuestos realizados por militares de Cuba es sólo transferir riqueza desde el estado a una élite militar y el partido gobernante. No va a conducir a la democracia o la prosperidad.