La primera regata entre Florida y Cuba después de la Revolución de 1959 largó desde el Puerto de Miami con la participación de embarcaciones a vela tripuladas por 350 marineros de EE.UU. y otros países.
Medio centenar de embarcaciones de 30 a 70 pies de eslora (9,15 a 21,35 metros) y de cinco clases diferentes participan en la Regata Inaugural 2016 Miami-La Habana, la primera de la historia entre esos dos puertos, distantes 247 millas náuticas (unos 456 kilómetros).
La competición ha sido organizada por los clubes náuticos Coral Reef (Florida) y Hemingway (Cuba) con ayuda de la organización sin ánimo de lucro Southern Ocean Racing Conference (SORC), con sede en Miami, que ha sido revitalizada para este proyecto.
La prueba terminará el 14 de febrero con una regata costera a lo largo del malecón habanero, tras lo cual se celebrará una fiesta en el Club de Yates Internacional que lleva el nombre del escritor Ernest Hemingway.
“Estamos muy felices de navegar a un destino nuevo”, dijo Geoff Ewenson, uno de los tripulantes del “Trebuchet”, que con sus casi 70 pies de eslora es uno de los veleros de mayor tamaño de la regata.
SORC señala en su web que durante casi 60 años los aficionados a las competencias de vela de la zona echaron de menos el poder llegar a La Habana, que fue uno de los destinos preferidos de los circuitos de invierno de los estadounidenses aficionados a la vela.
Con la ruptura de las relaciones cubano-estadounidenses después de la Revolución se hizo ilegal para los regatistas estadounidenses poner la proa hacia Cuba, algo que es posible ahora gracias al acuerdo para la normalización de relaciones entre EE.UU. y Cuba anunciado en diciembre de 2014.
Con el estrechamiento de las relaciones diplomáticas entre EE.UU. y Cuba, los funcionarios de la renacida SORC valoraron la “oportunidad de hacer que la historia cobrara vida de nuevo con la creación de la Regata Inaugural 2016 Miami-La Habana”, dice un comunicado de la organización.
La última vez que hubo una regata oficial entre EE.UU. y Cuba fue en 1959 y unió las ciudades de St. Petersburg, en el norte de Florida, y La Habana, un circuito que se inició en 1930.
